Riba Roja - Dicbre 2012 |
Riba-roja d’Ebre, es quizás una de las poblaciones más
desconocidas de la Cataluña templaria. Para ubicar el pueblo, nada mejor que
decir que es el primer núcleo de población que baña el Ebro en tierras
catalanas
Hasta el año 1181 Riba Roja no fue templaria, cuando la
plaza fue concedida a la Orden de manos del monarca Alfonso II. El pueblo
creció entorno a su fortaleza, levantada sobre una roca calcárea roja, que da
nombre al lugar.
Esta orden fue la artífice del esplendor socio-cultural sin precedentes en
la historia de Riba Roja y del establecimiento de un núcleo fuerte y
respetable, que ofrecía garantía de bienestar a todos sus habitantes, por
encima de los credos religiosos.
Si situación estratégica,
ya que ejerce como centinela del Ebro y al mismo tiempo como territorio
de gran riqueza agraria, no tardó en levantar envidias, y Riba Roja sufrió y se
defendió desde los mismísimos muros de su fortaleza de numerosos sanguinarios
ataques de las tropas de la familia Entenza.
Con el tiempo, el pueblo ha conservado su trazado medieval,
que se percibe y se respira en los edificios y en el trazado urbanístico de la
villa; también hay que decir que el estado de sus edificios en muchos casos
deja mucho que desear por su abandono y desinterés de su población en mantener
su casco histórico. También aquí las tres culturas de la España medieval
compartieron momentos de esplendor, gracias a la presencia mediadora del
Temple. Como pocos edificios destacables cabe citar la iglesia parroquial,
dedicada a san Bartolomé; se trata de una construcción barroca de finales del
siglo XVIII, levantada sobre los cimientos de la anterior iglesia templaria. En
la fachada podremos ver elementos que nos indican el pasado templario de la
población. Desde la calle que se abre
enfrente de la iglesia, iremos en descenso y nos llevara hasta a la plaza donde
se alzan los restos del castillo de Riba-roja, construcción es estado de abandono
y que sería bueno una necesaria restauración. Ya detrás de la fortaleza corre sinuosamente el
Ebro y por último la Garita, torre de
guía también de origen templario y que se alza sobre una plataforma estratégica.
Se trata de un magnífico mirador, desde el cual se obtienen las mejores
imágenes del Ebro y de las tierras de conreo ribereñas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario