domingo, 7 de abril de 2013

Los Templarios en Riba Roja d'Ebre



Riba Roja - Dicbre 2012

Riba-roja d’Ebre, es quizás una de las poblaciones más desconocidas de la Cataluña templaria. Para ubicar el pueblo, nada mejor que decir que es el primer núcleo de población que baña el Ebro en tierras catalanas

Hasta el año 1181 Riba Roja no fue templaria, cuando la plaza fue concedida a la Orden de manos del monarca Alfonso II. El pueblo creció entorno a su fortaleza, levantada sobre una roca calcárea roja, que da nombre al lugar.

Esta orden fue la artífice del  esplendor socio-cultural sin precedentes en la historia de Riba Roja y del establecimiento de un núcleo fuerte y respetable, que ofrecía garantía de bienestar a todos sus habitantes, por encima de los credos religiosos.

Si situación estratégica,  ya que ejerce como centinela del Ebro y al mismo tiempo como territorio de gran riqueza agraria, no tardó en levantar envidias, y Riba Roja sufrió y se defendió desde los mismísimos muros de su fortaleza de numerosos sanguinarios ataques de las tropas de la familia Entenza.

Con el tiempo, el pueblo ha conservado su trazado medieval, que se percibe y se respira en los edificios y en el trazado urbanístico de la villa; también hay que decir que el estado de sus edificios en muchos casos deja mucho que desear por su abandono y desinterés de su población en mantener su casco histórico. También aquí las tres culturas de la España medieval compartieron momentos de esplendor, gracias a la presencia mediadora del Temple. Como pocos edificios destacables cabe citar la iglesia parroquial, dedicada a san Bartolomé; se trata de una construcción barroca de finales del siglo XVIII, levantada sobre los cimientos de la anterior iglesia templaria. En la fachada podremos ver elementos que nos indican el pasado templario de la población.  Desde la calle que se abre enfrente de la iglesia, iremos en descenso y nos llevara hasta a la plaza donde se alzan los restos del castillo de Riba-roja, construcción es estado de abandono y que sería bueno una necesaria restauración.  Ya detrás de la fortaleza corre sinuosamente el Ebro y por último la Garita,  torre de guía también de origen templario y que se alza sobre una plataforma estratégica. Se trata de un magnífico mirador, desde el cual se obtienen las mejores imágenes del Ebro y de las tierras de conreo ribereñas.

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