Entrada fabrica - Marzo 2013 - Foto Josep Blanch |
Einser, zwei, dreier, así hasta
diez aun cuenta mi madre de cuando los alemanes que fundaron la Electroquímica
de Flix le enseñaron a contar en alemán. La fábrica fue fundada en 1897 por su estratégica
ubicación. Tenían agua, tenían energía eléctrica, tenían la tecnología, tenían una
línea de tren…lo tenían todo para convertir un pueblo totalmente rural y
en decadencia en un motor industrial que en un tiempo pasado fue el puntal económico
de la comarca.
Fábrica de Flix - Marzo 2013 - Foto Josep Blanch |
En el año 1936 fue blanco
continuo de los bombardeos alemanes de la guerra civil, y lo que las bombas no
destruyeron en su momento, hoy el capitalismo feroz ha hecho sucumbir una fábrica
que ha sido el sostén económico de la Ribera d’Ebre.
Tal vez esta comodidad de tener el
pan de cada día, a nadie le hizo pensar que todo se acaba en esta vida. Pero la
modernidad, el ser cada vez más exigentes con la sostenibilidad y el medio
ambiente y quizás unos costes desproporcionados para un sector cada día mas deslocalizado
y competitivo hacía ya prever en los años
90 que la fábrica estaba tocada de muerte.
En mi paso por la escuela de
negocios EADA uno de los libros de obligada lectura era el cuento de Spencer
Johnson “Quien se ha llevado mi queso”
en el que nos hacía reflexionar sobre la temporalidad de las cosas y prever con
suficiente antelación para adaptarnos a los cambios.
Quizás y solo quizás si el
colectivo de Flix se hubiera leído el libro hoy no estaríamos ante un conflicto
que no tiene solución. Ni las enormes
aportaciones de capital público ni la capacidad directiva han podido salvar un
barco con la línea de flotación totalmente podrida.
Hoy es noticia las movilizaciones
por el ERE. Mañana solo quedará un
enorme esqueleto de herrumbre, abandonado,
podrido, oxidado y contaminado. El olvido hará mella sobre su esplendoroso
pasado para quedar solo en la memoria de los pocos trabajadores que irán
quedando en vida.
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